El eco de sus llantos resuena en mis oídos,
en un mundo sombrío, donde la luz se extingue.
Seres indefensos, envueltos en llamas,
soportan el peso de las bombas, desgarrados por el dolor.
Alzo la mirada a las estrellas buscando respuestas,
pero estas titilan, como lágrimas, y caen.
Demasiada violencia, un grito ahogado,
las manos que hieren han olvidado el amor,
en una franja marcada por corazones ensangrentados.