En el laberinto de Ikea
donde el deseo atenaza
un viaje sin fin
con la mente marcada
por la lista inicial.
Una silla, mesa no hace falta
una alfombra, un sofá
¡qué cosa, es ideal!
Las flechas me guían
mercadotecnia en danza,
entre alfombras y cojines,
estores, que ilusión;
suntuosas librerías invitación al sueño
no hacen falta libros
mientras el alma se aferra
a lo que es real.
Bajo a la segunda planta,
festín de colores, lámparas y relojes
un desfile de flores.
Cuadros que murmuran
sin contar historias sartenes que imperan,
apunta con el lápiz la memoria falla.
Como Ulises entre sirenas
la tentación me llama
mis pasos titubean
y aumenta el deseo.
Atado al palo mayor
de mi equilibrio vital
final de trayecto, fin del ritual´
Abono a la cajera con un suspiro y calma
la única compra una vela, tan solo una vela
que embalsama, azul como el cielo
en la chimenea brillará,
un símbolo de momentos
que guardo en el alma.