Durante los últimos tres dias en Dublín he podido vivir una de las experiencias literarias más fascinante como lector; unir el placer de viajar con el goce con la lectura de un libro del que tengo mucho que contar y aún más que recordar. Las cosas que hice, los sitios que visité, lo que sentí al ser parte de la celebración del Bloomsday el día en que la capital de la isla esmeralda conmemora todos los años el 16 de junio la célebre e inmortal novela de James Joyce, Ulyses. En mil páginas el escritor irlandés describe magistramente a lo largo de dieciocho episodios la ciudad de Dublín, sus tiendas, sus bares, sus bibliotecas, su cementerio, a través del monólogo interior de su protagonista Leopold Bloom . Los dublineneses vestidos con atuendos de la época (1904) recorren las calles visitando los lugares más emblemáticos en los que transcurren los capítulos de la obra. cuya lectura es tan fascinante que alguien dijo que si Dublín desapareciera del mapa podría ser reconstruido a partir de los detalles descritos en este libro. Cierto es que ando por esas edades en las que uno debe de desprenderse del miedo y de los prejuicios que dan los años y dejar que pase lo que tiene que pasar, caminar solo y dejar a un lado ilusiones e utópicos anhelos. Pero de forma inopinada apareció un factor que elevó los ánimos decaídos a los que se enfrenta este mayor cada mañana ante el espejo: LA AMISTAD. La amistad que proporciona un espacio seguro para compartir alegrías y nuevas experiencias. Algo que resulta, para mí al menos, tan difícil de conseguir como encontrar en el campo un trébol de cuatro hojas. Y he aquí que mis amigos Leticia y Luis deciden con acierto y con cariño cual sería el mejor regalo que me podrían hacer para mi cumpleaños… pues, eso, que un viaje a Dublín y ahora mismo, que el tiempo pasa y ochenta tacos no admiten demasiada demora. Y de este modo el trebol de cuatro hojas, verdes que te quiero verde como la verde Irlanda, fueron lo tres días inolvidables que pasé en Dublin en compañía de mi amigo Luis Montila. ¡Gracias amigos!
jueves, 19 de junio de 2025
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
LA CURVA DEL SILENCIO (PRAVIA)
En la curva sinuosa, un susurro, el camino de Agones a Escoredo, donde el bosque abraza el valle, y la paz se asienta en el aire. Una...

-
Resulta dificil de pronunciar, algo más facil de recordar , pues la palabreja en cuestión que figuraba escrita en el indicador de la carrete...
-
Durante los últimos tres dias en Dublín he podido vivir una de las experiencias literarias más fascinante como lector; unir el placer de v...
-
En las noches insomne de invierno siempre a mi lado En las tardes doradas de otoño siempre a mi lado. Tintinea el hielo en el cristal ...