lunes, 28 de octubre de 2019

AGDZ

Resulta dificil de pronunciar, algo más facil de recordar , pues la palabreja en cuestión que figuraba escrita en el indicador de la carretera AGDZ se las traia-Esta pequeña ciudad, a mitad de camino entre Ourazazate y Zagora tiene escaso   interés   salvo un animado zoco al final de la única calle que circula en paralelo a la carretera nacional. Hacia el nos dirigimos con la finalidad de proveernos de  algún avituallamiento para la larga jornada que nos quedaba por realizar en aquel caluroso día de setiembre cuando nos salio al paso un joven bereber de aspecto cuidadoso y con la encantadora locuacidad que caracteriza a esta etnia  nos invitó a tomar el te en su tienda donde según nos aseguró descubririamos todos los seductores misterios del Atlas aún por desvelar. Se me agolpan los recuerdos y no puedo afirmar con rotundidad que fué ni como cayó en mis manos. Ni siquiera podría distinguir si lo que me ofrecía era  una pulsera, una sortija, un brazalete o un colgante. Lo más cierto es que aquel muchacho salido de las arenas del desierto profetizo que el abalorio que había recorrido mil dunas. adornando las manos de cien  circasianas de cabellos de oro, o luciendo los cuello desnudos de  coquetas y sensuales mujeres bereberes solo podría tener un destino y este estaba escrito con estrellas en el cielo conformando en perfectas alineaciones las iniciales de un nombre. Despues del habitual y preceptivo regateo me hice con la joya y sali de la jaima. Se había hecho de noche y  el cielo se había iluminado de infinitas estrellas. Ocho de ellas emitían ocho destellos que resaltaban un lucero de ocho puntas en cuyo centro  ocho brillantes conformaban una letra. Y así fué como..........

jueves, 17 de octubre de 2019

Marraquech Jemma al Fna, posos de anarquía


Aun no se de que manera pude entrar en aquel laberinto de la medina de Marraquech y menos me explico como pude salir de  tal vorágine de autos,de autobuses atestados de gente,  de motocicletas con tres y cuatro ocupantes, de bicis, de carros arrastrados por borricos, de mulas cargadas con sacos, de carretillas atiborradas de frutas, de hombres que portaban bultos , de mujeres que salían de los bazares voceando sus artículos , de niños con mochila que entraban o salían de las madrasas y de todo el ejambre del mundo que como por encanto emanaba de todas las partes de las angostas puertas , de las abigarrradas plazas y de las retorcidas callejuelas de la ciudad roja. No se como logré manejar el fiat panda en medio de aquel dédalo caótico, no me creo aún que halla salido ilesa su carrocería, sin golpes , sin raspones ni arañazos de aquella corriente humana que fluia por todos los lados y en todas las direcciones. Ninguna señal de tráfico, ningún agente, ni un solo semáforo, ninguna indicador que me mostrase la forma de llegar a la Koutoubiya salvo la linterna de oro macizo que de cuando en vez se asomaba reflejando los rayos del so del mediodia entre los edificios de adobe rojo que uniformaban las calles de zoco.-La grande place, s'il vous plaît- ?-, Là, à droite, tout droit, tout droit- frenos y acelerador, acelerador y frenos y calma, mucha calma que de manera inopinada me invadía.Todo funcionaba sin un mal gesto, sin enfados, con sonrisas amables, con respeto a los ancianos, con prudencia ante los niños,Y  por fin, a las puertas del hotel, respiré hondo y terminé de relajarme. Lo había conseguido. Advertí entonces que , salvo el inicial sobresalto de encontrame inmerso en un tráfico que en principio ni yo mismo controlaba ni parecía que el resto de elementos en circulación parecían conbtrolar, atónito por la ausencia de policía que organizase tamaña, avalancha de elementos móviles en tan reducido espacio y de señales que regulasen preferencias, direcciones o prohibiciones, el resto fluia con anormal normalidad, sin un mal gesto, sin malas palabras, sin  broncas, sin insultos. Gritos amables, gestos corteses, e indeferencia a los movimientos poco ortodoxos. Todo un caos perfectamente organizado en el que la única actitud que podía tomar consistía en decidir con rápidez, sin dar tregua a la vacilación . “Tira que libras” dicen en mi pueblo y claro que libré, sano y salvo me planté a las puertas del hotel, justo al lado de la Kouyoubia con el renovado convencimiento que aunque mucha gente cree que los magrebies son adeptos a la violencia, al caos y a la desorganización, nada más lejos de la realidad , son simplemente como todos los seres humanos  que se pueden comportar de una forma razonable sin ser obligados a ello y.conforme a dos premisas . La primera es que, en circunstancias normales, somos tan razonables y decentes como nos permiten ser. Y la segunda es que la coerción termina corrompiendo.Son ., enfin, lecciones que me han servido de puesta al día en este viaje a Marruecos.

Esauira mpg2

EL FASTUOSO RUIDO ENSORDECEDOR DE LA MUERTE

  Conocí a Radi en la embajada de Jordania en Madrid. Era un beduino alto y fornido que inspiraba confianza con su rostro siempre sonriente ...