Entre los
escombros, un niño yace,
un eco de angustia en la brisa,
fotografías que desnudan la cara
del dolor, del horror, de la prisa.
Los medios,
en su danza macabra,
buscan en mí un remordimiento,
pretenden que sienta el peso
de un mundo que arde en sufrimiento.
¿qué has
hecho en aquellos días?
Pero no, no
cargaré con la culpa,
no seré parte de este teatro,
pues el pecado social germina
en corazones vacíos, en un pacto.
Con mis
votos, elijo caminos,
denuncio lo que no puedo callar,
como un lobo en el bosque oscuro,
mi flauta suena, mi lucha es real.
He sembrado
mi gota de agua,
en este incendio que devora la paz,
y aunque el fuego aún ruge y consume,
espero que alguien de mi entorno
me escuche,
quizás, y entonces
ya tendré lista la respuesta
de lo que hice aquellos días
de lo que sentía, de que lado estaba
de la historia. Nada más.
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