En un mundo
de voces que gritan sin cesar,
donde el insulto es un arma cruel,
levantan bulos, difunden mentiras,
en la sombra del odio que anida en sus almas.
Aplauden la
muerte, celebran el dolor,
disfrutan el sufrimiento, carecen de amor.
No respetan creencias, faltaría más,
oyen sin escuchar, pura necedad.
Necesitan un
pobre para su caridad,
su única verdad es su propia certeza.
Abominan la historia, ignoran su valor,
se regocijan en chismes, mirada baja.
No toleran emociones no tienen piedad,
se ensañan con las lágrimas que no son suyas.
Se mofan de
los himnos, son intolerantes,
prepotentes y faltones, son solo constantes.
Se creen por encima del bien y del mal,
ni ellos se percatan de su propio temor.
Así que, si
piensas que soy uno de ellos,
bloquéame, amigo, no quiero “me gustas”
de un mundo que hiere, que no sabe amar,
yo también, con firmeza, te voy a bloquear.
Que en la
paz del respeto nos encontremos,
donde el diálogo brille, y reine el adiós
a la intolerancia, al odio y al rencor,
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