En la vega, donde el susurro danza,
las hadas y elfos juegan sigilosas.
hayas centenarias ocultan sus risas,
y el crujir de sus pasos, lamento de hojas.
Alfombra amarilla, suave bajo el pie,
un corzo se asoma, te mira y se va,
cautiva la mirada, veloz como un ayer.
En la hora que avanza, el camino de losas,
lleva a un valle verde, un sueño encantado.
Cabañas de piedra, refugio del tiempo,
majadas de paz, donde el alma descansa,
el río serpentea, como un hilo de plata,
y el bosque de hayas, su magia desata.
Orandi, rincón sagrado, donde la vida murmura,
donde el corazón se encuentra,
donde la naturaleza es pura
Escucha el canto de la tierra, siente su latido,
cada paso que doy, un mundo que descubro.
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