viernes, 29 de octubre de 2021

CUBA

Hay muchas maneras de hace la guerra y de castigar a personas inocentes con acciones belicistas. Y es aquí donde los gobiernos hipócritas de los EStados Unidos de Américas son siniestros maestros.Las sanciones son una forma de hacer la guerra. Puede que no destrocen la carne al instante como lo hacen las bombas y las balas, pero no por ello dejan de matar y mutilar. Veamos: -El coronavirus está haciendo estragos en IRAN, país que ha registrado más de veinte mil casos y más de 1500 muertes. Antes del COVID-19, las sanciones de EE. UU. golpeaban el sistema sanitario iraní, reduciendo el acceso a los productos farmacéuticos y a necesidades elementales como los marcapasos cardíacos. -Las sanciones de USA han golpeado a la sanidad SIRIA afectando la adquisición de medicamentos al impedir las transacciones con bancos extranjeros y que las empresas farmacéuticas internacionales traten con el país. La administración Trump había llegado a prohibir el paso de barcos de ayuda -Estados Unidos también participa directamente en el asedio a GAZA al proporcionar a Israel las armas y el apoyo financiero y político que necesita para torturar a quienes viven allí. -En YEMEN, mediante una combinación de participación directa y subcontratación —esta vez a través de sus socios saudíes Estados Unidos ha aniquilado el sistema sanitario con una guerra militar y económica. -Las sanciones contra COREA DEL NORTE han bloqueado las máquinas de anestesia utilizadas en las operaciones de emergencia al tiempo que dificultan la actuación de las agencias de ayuda en el país. Las medidas no le permiten importar ordenadores lo que restringe su capacidad para reparar equipos médicos. La lista de artículos prohibidos incluye «esterilizadores, lámparas ultravioletas para la desinfección, ambulancias, jeringuillas, agujas, catéteres, máquinas de rayos X y ultrasonidos [y] microscopios, así como maquinaria para filtrar o purificar el agua. -CUBA aunque cuenta con un sistema de salud de clase mundial, que incluso a pesar del bloqueo fue capaz de desarrollar dos vacunas propias, su capacidad para hacer frente a la enfermedad habría sido aún más fuerte si el embargo de Estados Unidos le permitiese comprar la jeringuillas necesarias para su aplicación. Las sanciones de Estados Unidos también son una causa importante en la crisis de salud pública en VENEZUELA: aplastan la economía, bloquean a la nación para exportar petróleo, congelan sus activos financieros globales y le niegan el acceso a los sistemas financieros internacionales, contribuyendo a un déficit de 38 mil millones de dólares en los últimos tres años y «prohibiendo la importación de productos esenciales que salvan vidas». Las sanciones de Estados Unidos están arrasando con el gasto social y provocando la escasez de alimentos y medicinas. Pero la única conculcación de los derechos humanos para los cuñados sucede en CUBA. Y ,DICHO ESTO, TAMBIÉN HAY QUE DECIR QUE EL PUEBLO CUBANO TIENE DERECHO A MANIFESTARSE LIBREMENTE EN LA CALLE SIN SE REPRIMIDO COMO LO ESTA HACIENDO EL GOBIERNO DE LA ISLA.

SIN VENAS PARA ALIVIARSE

El régimen del 78 lucha con uñas y dientes, con todas sus armas por mantenerse. El acoso al gobierno de coalición es cada dia más insostenible. La apisonadora de la ultraderecha-poder empresarial-poder judicial-poder mediático y demás elementos reaccionarios avanza lenta pero demoledora como la lava de un volcán. Chantajean la eléctricas, la judicatura se arroga la soberanía popular y somete al parlamento, los medios siguen dando pábulo a informaciones que impliquen alguna causa contra Podemos u otros elementos de la izquierda y en la Iglesia y el ejército se mantienen brotes importantes de reacción. El emérito, muerto de risa en su retiro dorado, ya está pensando en volver, volver, volver y a ser posible llegar a tiempo de pasear su decrepitud borbónica por la alfombra azul del Principado. Y por si fuese poco todo esto el Psoe se abraza públicamente a su corriente más jurásica y algunos de sus miembros ponen en peligro la coalición de gobierno. ¡DEPRIMENTE!
 
Los últimos retazos de este benigno y veraniego otoño, me niego a llamarlo veroño me suena a palabrota digna de un pareado con rima un tanto grosera. Digo que los últimos estertores (tampoco me suena nada bien la palabreja, huele a moribundo)…. Bueno, enfín, que este antepenúltimo dia de Octubre en que finaliza el buen tiempo, según los metereorologos de la TPA, ha dado para mucho. Por la mañana seguí la senda que circula a orilla de la ria de Villlaviciosa y sin recurrir a sofisticadas estratagemas, caminando a paso ligero pero silencioso, deteniéndome de vez en cuando utilizando improvisados hides tuve la oportunidad de fotografiar alguna garceta y algun que otro limícola. Un grupo de escolares, aprendices de ornitólogos, anotaban en sus cuadernos de campo las explicaciones del monitor. Y si, si, escribiendo y dibujando en libretas; nada de móviles, nada de tablets , no todo está perdido, afortunadamente los métodos educativos funcionan, existen niños con inquietudes, niños que preguntan y profes que saben hacer de la buena pedagogía la profesión más importante de esta vida. Y si la mañana fue emocionante, la tarde no se quedó atrás en emociones. Fue el turno de la bicicleta y seguí el guión de siempre, establecer una ruta que satisfaga los objetivos para los cuales decidí que este artefacto fuese la manera más adecuada para conseguirlos. Porque unos utilizan la bici para uso exclusivo deportivo, los hay que pedalean para ponerse en forma, otros para simplemente pasear. Yo he procurado simbiotizar los tres usos y además darle un cuarto elemento utilitario que quizás sea el más importante para mí: acercarme lo más posible a la naturaleza, acceder a lugares con facilidad y sobre todo sorprender a los animales del bosque y poder contemplarlos de cerca sin ser espantados por el impacto de las pisadas más `perceptible a sus oídos. Pero, a un lado las disertaciones, me vi sorprendido por una manada de vacas holandesas que circulaban por un camino vecinal. Eran 26 y ocupaban todo el ancho del vial por lo que tuve que detenerme para que pudieran sobrepasarme sin sobresaltarlas. Una de ellas se me acerco curiosa y casi lamio el manillar de mi trotona. ¡hiaaa, Primavera! Grito una moza que vara en ristre guiaba la comitiva, una joven sobreviviente al éxodo rural que me aseguró que podía llamar a las veintiseis vacas de su ganadería por su nombre. Asombrado le pregunté si le gustaba ser ganadera. –“Es lo que hay”- y se fue tras las vacas que ya le había sacado un buen trecho. Yo me quede maravillado en aquel -camino rural asfaltado y con olor a boñiga mientras el sonido de los móviles, de las tablets y de los ordenadores portátiles salía de las perfectas y armonizadas con el paisaje mansiones habitadas por los que, sin saberlo, vuelven a repoblar la España vaciada pero de otro contenido menos romántico y bucólico. Y el dia ya no dio para más.

martes, 22 de junio de 2021

LLUVIA Y CONFINAMIENTO


..y continuó lloviendo una noche y una mañana y la tarde del día siguiente y una noche y otra mañana y parecía que no iba a escampar nunca cuando los pájaros no salían de sus nidos y los peces nadaban por el ramal.... Y yo seguí pintando sillas, cambiando muebles, reparando tuberías y volví a leer algún capítulo del Quijote y aprendí algún rasgueo, arpegio y acordes nuevos de la guitarra.... Y la lluvia ya era tan pertinaz y torrencial que las calles se convirtieron en ríos y las plazas en lagos...... y ya los mirlos empezaban a cambiar escamas por plumas y a los más pequeños les crecían las membranas entre sus dedos y como el mar no daba a basto con el agua de los rios tuvieron que ensanchar los océanos arrebatando tierras a los desiertos. Y yo terminé de releer el Quijote, repasé el árbol genealógico de los Buendia y hasta aprendi a hacer punto de cruz. Así fuí tejiendo jerseys y chaquetitas de punto para el invierno que regalé a mis nietos. Y el cielo ya no volvió a ser azul, ni tampoco gris, pues las nubes, digo yo, que de tantos rayos se habían vuelto del color de la antracita...... 

Y llovió una semana, dos dias y algunas horas. Demasiadas para que la ociosidad obligada por la inclemencia de la tormenta convocada quien sabe por quien me hiciese coger algun sobrepeso hasta el punto que ya empezaba a tener dificultades  para atarme los cordones de las zapatillas deportivas. Y en estas no cesaba de inventar nuevas fórmulas para distraer mi tedio aprovechando hasta el máximo los espacios reducidos de mis estancias para realizar los ejercicios físicos más inusitados, de fabricar malcuernas con unas viejas planchas de hierro herencia de mi madre  que guardaba mi mujer como oro en paño, o de atar las gomas en los pomos de las puertas para realizar estiramientos musculares. Y, aunque ya había tenido la osadía de leer el Ulises de Joyce, volvi a releer algunos de sus farragosos capítulos pero esta vez utilizando un plano de Dublin 'para no perder de vista al señor Bloom en sus peregrinaciones por la ciudad.........

.La noticia de que una enorme explosión nocturna y alevosa había tenido lugar en el cajero de un banco de la villa sacudió la tranquilidad colunguesa y rebasó en pocas horas los límites del concejo. Hasta el punto de que unas horas después de suceder ya se comentaba en las dependencias del Centro médico de Ribadesella donde a la sazón me sometía a tratamiento de fisioterapia. Para entonces  la inclemencia del tiempo, bien por la contundencia de la nueva noticia, bien por la persistencia de la lluvia había dejado ser tema de plática en los colmados. Y yo, encerrado en mi improvisado taller casero, dejaba que el facebook fuese mi relación con el resto del mundo, a la espera de que alguna albanción despejase mi soledad.


miércoles, 23 de diciembre de 2020

KATAKROOOKKKKK

 


En esta ocasión burlé a la pandemia para salir de casa, abri las compuertas a la imaginación y retrocedí en el tiempo y traspasé el limite en minutos y kilómetros, algo, por otra parte, que poco esfuerzo requiere cuando la bicilceta lleva motor y éste no consiste en piernas. Así que en una curva de la caleya hormigonada convertida en torrente por las lluvias de los últimos días di con mis huesos en el duro suelo, con la cabeza protegida por el casco en la dura piedra y con mis posaderas en la gélida agua de la torrentera , con los ojos fijos en el árbol roto por el rayo y xcon mis oídos atentos al cuarto movimiento de la novena que sonaba entre las zarzas. Me refugié en principio en el bálsamo de la risa y en los cuatro minutos siguientes varios pensamientos abarcaron treinta años de apretada literatura... Tuve la ocasión de rememorar todos los viajes mochileros, vi todos los rincones del mundo desde todos los angulos , trate de razonar,me asombre de no haber entendido hasta ese momento que debía de estar un poco loco. Y súbitamente comprendí mi peligro, me había dejado convencer por el delirio de un joven y sentí un confuso malestar que trate de atribuir a la frialdad del agua que discurría bajo mi cuerpo. En ese instante todos los hechos ocuparon un solo instante , todo fue simultaneo, vi lo profundo de una habitación de un hospital, escuche la voz de mi madre hablándome de la nieve, mucho sojos me miraban fijos como en un espejo, escuche la voz de una mujer que nunca olvide, allí estaban al mismo tiempo mis padres, los hijos de mis padres todos ellos con sus esposas , los hijos de los hijos de mis mis padres, vi mi dormitorio vacio, vi un hilillo de mi sangre que circulaba serpenteando entre hormigas. Acerté a levantarme y corrí con lo que me quedaba de fuerza y de bicicleta porque el dolor no se manifiesta en caliente, necesita el frio para poner las cosas en sus sitio. Y aun sigo magullado en medio del confinamiento.

viernes, 22 de mayo de 2020

EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Pues, ya ves querido Thor, que en los últimos tiempos de confinamiento y pandemia lo llevo crudo con tus congéneres . Pero en esta ocasión no ha sido el perro el que me ha agredido sino que al punto estuve de sufrir un ataque, esta vez no preventivo , de su dueño, un humano, algo terrible. Mal lo habría pasado de no tomar las de Villadiego evitando la confrontación directa pues el madrugador y taimado confinado aviesas intenciones traía de darme dos hostias que a fuer de ser sincero tendría consecuencias indeseables ya no por devolvérselas como sin duda merecía  sino por que mi cuerpo serrano no aceptaría la contienda física sin ocasionarme penosos quebrantos. Asi de grande era el ciudadano asi de enormes sus ciclópeos brazos de labrador pluriempleado. Mas si tantas ganas tienes de saber como paso y de que brevemente haga una narración de lo sucedido , aunque el animo me horroriza al recordarlo, te lo contaré.(¡/cielos!,  creo que así comienza la Eneida de Virgilio). Sucedió que de camino a Ribadesella tomé el primer atajo que atravesando la pedanía de Caravia de Abajo recobra de nuevo la N-634 en Caravia, esta vez de Arriba.  En una de sus empinadas calles se cruzo en mi camino un hombre acompañado de un pastor alemán que probablemente sin malas intenciones se dirigió hacia mi para  olisquear algún efluvio perruno que desprendía la bicicleta. Como fuera que no habían pasado apenas seis dias desde que la perrita de Arístides clavo sus dientes en mi pantorrilla, supliqué con educación a su dueño que hiciese el favor de ´controlar al atrevido can,, pues bien me temía que sus intenciones coincidiesen con las de la mencionada perra y me arrease otro mordisco. El hombrón aquel, clavandome su mirada entre furiosa y agotada supongo de estar confinado en casa, con voz de agente de tráfico enfurecido me gritó: -…CIRCULE- Atemorizado me apresuré a seguir sus instrucciones así que comencé a “circular” mientras que el ciudadano con su aliento en mi nuca me seguía gritando con más intensidad frases amenazadoras, “era lo que me faltaba que estos pijos domingueros de Oviedo vengan a la puerta de mi casa a darme órdenes. -CIRCULE, y mucho cuidado que ya me tienen hasta los coj….. A veces la sangre hierve a los más tranquilos. Cometí el error de echar gasolina a la hoguera y repliqué en tono amenazador . –Tenga cuidado no vaya a ser que le denuncie por llevar a la mascota suelta y sin bozal.- -¿COMOOOO?- Retrocedió unos pasos e introdujo al animal en su casa y cuando ya pensé que el asunto estaba zanjado, el individuo arreció de nuevo contra mi y esta vez con más furia  ,escupiendo improperios y apretando los puños con tal ímpetu que a machas forzadas, transitando de la prudencia al pánico,  puse tierra de por medio. Cuando me aleje los suficientes metros, quizás kilómetros, sintiéndome seguro,  tomé resuello a la sombra de un castaño y recapitulé: no todos los perros muerden ni todos los hombres agreden. Pero en ocasiones salta la excepción, aunque, jolines, ¿tenían que tocarme a mi los dos??

EXCAVACIONES OLMO