jueves, 1 de marzo de 2018

nevada en La Isla



Como no tengo otra cosa que hacer en esta  tarde invernal contemplo desde mi ventana como la nieve va cubriendo el paisaje , los cristales se empañan y el olor del roble  crepitando en la chimenea inunda la estancia. Y cuanto más arrecia el temporal más grande es la alegría y el placer de sentir el relajante desamparo de la naturaleza . Sensaciones raras que me hacen retroceder a los tiempos en que el invierno ejercía de invierno; cuando mi madre arropándome con las manta de la cama me anunciaba una mañana blanca - hoy no vais a la escuela- , está nevando. Entonces salíamos a la calle y jugabamos con los amigos a una guerra fría,  sin balas de plomo, con bolas de nieve. Con estas nostalgias y muy temprano pasee por la Isla cuando el canto de algún gallo era amortiguado por la densa cortina de copos blancos y el impecable manto de la calle era violado por las huellas de mis botas. No llevo tantos años viviendo en este pueblo como para recordar la playa nevada. Merece la pena, por tanto, darse el madrugón y dejar este recuerdo en mi blog. ¡Buenos días, amigos!

martes, 30 de enero de 2018

esqui en Covadonga


¿Que puedo contar ya? ¿cómo describir con palabras las sensacion de volver a fijar los esquís en mis botas y deslizarme por la suave pendiente tamizada de una capa de nieve- polvo hasta la misma ribera de la Ercina? Apenas me molesta la herida de la última operación y respondo moderadamente bien al esfuerzo que requiere la exigente ladera que alcanza la loma desde donde se divisa la majada Balbín. No es cosa de llegar hasta allí. Entre ida y vuelta me llevaría casi dos horas y no traigo comida ni para mi ni para Thor así que regreso al punto de partida. Dos horas de ejercicio al aire libre y lo que es igual o más importante, disfrutar de una mañana en un marco incomparable. Es el paraíso a la vuelta de la esquina. O no?

sábado, 20 de enero de 2018

Thor en Lagos

 
El sol y el viento del sur realizaron en poco tiempo la tarea de fundir la nieve. La mañana prometía y el día cumplió, así que, a falta de nieve , botas de montaña, bastón y a caleyar por la verde Vega del Enol en dirección al pozo del alemán con paso sosegado de quien sabe que en casa nadie le espera hoy. De vez en cuando liberaba a Thor y por unos minutos desaparecía del alcance mi vista, Le llamaba y mi voz se repetía varias veces con el eco hasta que trémulo y sorprendido alzaba su nariz buscando la procedencia de tantas voces que rebotaban su nombre de piedra en piedra. Nos sentamos a descansar a la orilla de lago lo que aprovecho mi compañero para zambullirse   y perseguir a las fochas por las azules y seguro que heladoras aguas. No comprendo como he podido permitirlo, debo de estar loco, existen carteles por toda la ribera prohibiendo animales sueltos . Una suerte que no apareció ningún guarda del Parque nacional y el reconocimiento de un comportamiento inadecuado por mi parte. La protección de estos espacios públicos depende de la conciencia de todos y de nuestra colaboración, respetando las normas y recomendaciones.

miércoles, 17 de enero de 2018

Thorito en La Señales





Me gusta volver a escuchar el silencio que rompe el tris- tras de las pisadas de mis raquetas hindiéndose en la nieve. Y el Thor en mi camino con ímpetu conmovedor se acerca, se aleja, vueve junto a mi , recoge el premio y escapa después. El Remelendi me reta. Anda, no te atreves. Ya eres mayor. Aquellos tiempos que subías a mi cumbre con las pieles de foca y te dejabas deslizar con los esquís, bien sujetas las fijaciones, hasta el fondo del “Arenero”ya casi no los recuerdo Si, ya uno es mayor para esas proezas, pero me quedan las raquetas y los bastones, me falta alguna gente, pero tengo a Thor. Me siento para descansar sobre el tronco seco de un abeto abatido por algún rayo y escucho desde la frondosidad del bosque las voces de muchos amigos con los que compartí hace ya muchos años buenas mañanas de esquí. Uno debe de regresar siempre a los lugares donde fue feliz.

EL FASTUOSO RUIDO ENSORDECEDOR DE LA MUERTE

  Conocí a Radi en la embajada de Jordania en Madrid. Era un beduino alto y fornido que inspiraba confianza con su rostro siempre sonriente ...