viernes, 2 de enero de 2015

HEPATITIS "C"

Sucedió en Bareges, un pueblecito del Pirineo Francés en la comarca del Bearn, al pié del Tourmalet por su ladera oeste.  En invierno se puede esquiar en su pequeña y muy coqueta estación, en verano es el lugar ideal donde establecer el camping base para ascender a alguna de las cumbres que lo rodean o recorrer sus boscosos valles. Coincidió aquel verano que pasaba por allí el Tour de France , y que en aquella temporada Indurain comenzaba su gesta deportiva ; la cima de aquel hors de categorie me ofrecía la oportunidad de asistir in situ a uno de sus más espectaculares triunfos. Así que bien temprano me dirigí a una tienda de material fotográfico para proveerme de un carrete para mi cámara con el que inmortalizar el momento. En un francés que el bachiller me enseñó más peor que mejor me incorporé a la tertulia que mantenían en el interior del local el tendero , el confitero de al lado, personaje que conocía debido a mi afán de acudir a su obrador inmediatamente que abría la persiana y llevarme los ricos croissants recién salidos del horno, y algún que otro cliente. Hablábamos, como no podía ser de otro tema, de ciclismo, asi que por meter algo de baza hispánica en la conversación se me ocurrió contarles algo de la polémica que aquel mismo año se había suscitado en nuestro país con motivo de la conveniencia o no de establecer una meta de la Vuelta a España en el Parque Nacional de los Lagos de Covadonga. Ambos me miraron sorprendidos y casi al tiempo me hicieron una misma pregunta ¿ Quel est le problème ? Inmediatamente me percaté que para los gavachos aquello no era tema de discusión. Se trata de un parque natural y punto.
Parecida cara se le quedó a mi amigo Enzo,  cubano de la Guira de Melena, cuando después de  explicarle que en mi país habia 35 mil personas infectadas con el virus de la hepatitis C pendientes de recibir un tratamiento que les salvaría la vida o al menos les permitiría vivir el resto con relativa calidad pero que el coste era elevadísimo, me miró atónito e indignado me pregunto ¿cual es el problema, chico? .

Dice mi admirado Eduardo Galeano que “el derecho a la indignación es lo menos que la dignidad humana puede exigir cuando se le condena a ser indigna, y el derecho a luchar por otro mundo posible cuando se ha hecho imposible el mundo tal cual es”

martes, 25 de noviembre de 2014

DESDE EL SILLIN DE MI BICI

Esta mañana salí a pasear en bici y vi la brillante cúpula de la iglesia emerger de entre los sauces, también vi a la garza imperial  planear imperiosa sobre un campo fértil de abundante hierba verde, vi una hoguera aun humeante, vi en la lejanía la silueta de una aldea, vi una formación de gansos en uve, vi las blancas estelas de dos aviones hacer una cruz en un cielo húmedo, vi perderse el rio en la espesura de unos alisios, vi, un minuto nada más, un alfombra de tierra roja bajo mis pies, vi la dulzura serena de unos ojos del color de las esmeraldas, vi acercarse a una botella de cerveza, vi un mar lleno de armonía de un coro submarino, vi a un hombre y a una mujer de la misma edad callados y sonrientes, vi en la ciudad un reloj que dió la hora tañendo una campana, vi a un pañuelo decir adiós en la terminal del bus, vi, desde un puente romano,  un monton de peces plateados que brillaban en el agua, vi la niebla extenderse densa, vi una humedad que me impregnaba la ropa,vi a una bandada de estorninos oscurecer el sol sobre mi cabeza, vi el infinto cielo azul que empezaba a emcapotarse, vi el deseo de perderme en un bosque de castaños, vi reirse a las gaviotas de un pescador furtivo, vi  erizos abandonados de su fruto, vi la ventana desde donde mi vista me mira, vi una cortina de flores blancas y moradas, vi desesperado el barco alejándose del muelle, vi  caminos sembrados de hojas amarillas,  ví una garceta blanca a lomos de una vaca  negra , vi dos palmeras en la decadente quinta del indiano, vi en el lago el cielo y en el cielo el mar, todas y  más cosas vi cuyo relato sería inacabable  en esta mañana de finales de este invierno blanco, volví a ver la perfecta alineación de gansos con la uve apuntando en sentido contrario en el que antes las había visto, vi a un amigo de mi hijo de quien nunca conocí empleo, vi las rosas rojas de un jardín en el fondo del patio,vi el Gran Cañón del Colorado surcar el alcantarillón de la playa, vi a siete  niños alegres diciendome
 adiós desde el ventanal de la escuela, vi la blanca vela del barco esconderse tras el peñón, vi el tronco y las ramas de un árbol seco, vi el nido del picapinos desde el fondo del agujero, vi a un peregrino con un perro cruzar la esquina de la calle pegado a una mochila verde caminado, vi la viejas piedras muy conservadas de un templo prerománico, vi una luz y en la luz vi tu cara y tu no estabas, vi en la arena de la playa escrito el nombre de Jorge Luis Borges. 

jueves, 13 de noviembre de 2014

A MIS SESENTA Y NUEVE (con perdón) IGUAL SIGO DE GORDO

 Agradezco a la memoria su esquisita delicadeza a la hora de seleccionar mis recuerdos, eshuberante con lo buenos, indulgente con los malos y también a mi alma su manía de emocionarse con los primeros y de procurar el olvido de los segundos aunque de este equipaje nunca puedo ni debo olvidarme. Así que doy las gracias, no se a quien, de ser yo mismo el que descansa aquí sentado sobre el mojón SESENTA Y NUEVE de mi viaje a Itaca y aprovecho la ocasión para arreglar un pinchazo inoportuno de la trotona. Ya resta menos para llegar a la patria de Ulises, no me importa gran cosa, me preocuparía no poder hacer recuento del camino recorrido hasta este punto en el que me he detenido.¿Por qué me iba a importar? Nadie me espera por allí deshaciendo la mortaja por las noches .Solamente pido a no se quien, que lo que me resta de trayecto sea lo suficientemente largo para seguir disfrutando de las alegrías que la vida concede de forma gratuita. Así que voy a celebrarlo y que mejor manera que dándome un festín de mountain bike costeando la costa de La Isla a Morís y disfrutar de esta mañana esplédida de noviembre. Bueno, si la fuerza me acompaña......cha chaaaann......

EL FASTUOSO RUIDO ENSORDECEDOR DE LA MUERTE

  Conocí a Radi en la embajada de Jordania en Madrid. Era un beduino alto y fornido que inspiraba confianza con su rostro siempre sonriente ...