Me encontraba dias atrás haciendole fotos a la luna en el atardecer de la playa de La isla cuando se me acercó un hombre muy bien vestido y con ese porte que da el poder y el dinero a algunos veraneantes que se dejan caer por estos lares.
-¿es
usted fotógrafo profesional? – me interpeló –
-pues no, amigo, soy un simple aficionado a la
semella, algo asi como un cleptomano de la belleza que encuentro por ahí, yo la
introduzco en mi cámara y me la llevo para casa.-
¿solo eso? –
-no,
más tarde las edito en mi ordenador y las comparto con mi amigos a través de
las redes sociales. Luego duermo la siesta tranquilamente con mi mujer; me
levanto, leo algo y a última hora de la tarde bajo hasta La Churre a tomarme
algunas copas como mis amigos y hacer tertulia con ellos.
-¿Y así
todo el año? –
-si señor,
así todo el año. –
Y permítame
Vd- continúo la conversación- por que no se dedica a la fotografía profesional.
¿para
qué?
– pues podría
Vd tener su propio estudio y trabajar para las productoras audiovisuales.
– y ¿para qué?
– pues,
de esta forma ganaría más dinero y podría montar su propia productora-
-¿y?
– Con el
arte que Vd tiene su productora pronto se comería el mercado audiovisual de los
medios y seguro que su empresa llegaría a cotizar en la bolsa
– Y ¿para
que quiero que se cotice en la bolsa?-
- pues
para que cuando Vd. O su mujer se jubilen pudiesen vender las acciones a buen precio y así ganar mucho dinero
– y para
que querríamos nosotros tanto dinero
– pues con
todo esa pasta se iría aun lugar paradisiaco , saldría todas las mañanas a
hacer fotografías y por las tardes después de almorzar se tomaría una tranquila siesta para más tarde alternar con sus amigos en el chigre hasta las tantas de la
madrugada bebiéndose alguna copilla. –
-Ah, dije yo, ahora lo entiendo.