sábado, 23 de noviembre de 2013
viernes, 22 de noviembre de 2013
EL CORTO Y HUMEDO OTOÑO
En el límite entre la vigilia y el sueño me ha parecido sentir un ruido en la puerta como si alguien la estuviese lijando. También escuche gruñir a Rum- rum. De madrugada me dirijo sin más a la entrada y al abrir me ciega un intenso resplandor ; froto los ojos y contemplo ,marcadas sobre el manto blanco que me rodea, las huellas tal vez de algún perro que merodeando pasó la noche cobijado en el porche con permiso del gato. Lince es el felino de Isabel, mi vecina, y utiliza este lugar para hacer sus pernoctaciones con mi consentimiento y, como no, el de mi perro. El a cambio me libera de los molestos mickeymouse´s camperos.Tal vez fue el raposo. O tal vez estoy soñando aun. No lo se y vuelvo a restregar los ojos. El caso es que el invierno ha entrado como un elefante en una cacharrería sin dar tiempo al airín de les castañes a colmar de erizos nuestros bosques ni a que el veranín de san Martín nos proporcione la última oportunidad de ponernos las bermudas ni plazo para acostumbrarnos al cambio de hora. Sin concesiones al amaguestu ni festivales de colores en los arboles de hoja caduca. Trinan alborotados los estorninos,¿erstorninos todavía?; ni siquiera a esta legión de aves le ha dejado tiempo el invierno para hacerse las maletas. Siento un murmullo , gente que pasa por el camino que discurre hacia el Parnadeli. Me acerco al seto porque me subo, si me subo, me gusta subirme a la tentación y no caer en ella, .pues eso, de cotillear y pongo el oido.Hablan de salir el próximo sábado a la gueta para el siguiente celebrar el amaguestu. Me apunto a ambos eventos, Tengo que llenar la dificultosa por poco apretada agenda otoñal y de paso poder contar alguna cosa en el blog antes de que las navidades me atrapen. Claro que no, no era nieve, es que aun no había despertado.
lunes, 18 de noviembre de 2013
domingo, 17 de noviembre de 2013
JORNADA DE SETAS EN LA ISLA
Ya me parecía a mí que esta irrupción frenética del invierno sin darnos siquiera tiempo a rebuscar por el armario gorros y bufandas iba a tener una incidencia nefasta en el desarrollo de la jornada de setas. La seta necesita muchos días de lluvia y humedad para proliferar en nuestros bosques y ni éstos las ofrecían con generosidad ni aun se habían vestido de tonos ocres y rojos otoñales que hiciesen de la fotografía una alternativa a la recolección. Así pues transcurrió la mañana sin pena ni gloria.Poca cesta, escaso bastón La gente desanimada por la tormenta de la noche anterior, se quedo encamada en la mañana a la espera de , al menos, disfrutar de la paella que tradicionalmente nos preparan en La Escuelina. Pero tampoco este acto gastronómico fue brillante, Y ya es reiterativo. No es la paella el ferrari de nuestras buenas cocineras/os, no. Y es que el arroz cuando pasa de cuatro personas se convierte en patrimonio de la humanidad y en esto Valencia tiene el monopolio.Un olla mas baja y un fuego más repartido hubiese sido, digo yo que tampoco soy un gambas, más adecuado para la cocción. No obstante y a pesar del maltratado cereal, el guiso incorporaba suficiente acompañamiento como para no dejarnos insatisfechos. A la charla no me quedé pero me han dicho que Pablo y Germán compartieron con los comensales sus bastos conimientos micológicos durante más de una hora de charla didáctica y amena con la que se dio por terminado el evento.
miércoles, 13 de noviembre de 2013
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