martes, 29 de mayo de 2018

MERCHE MERINO


Algunas veces siente la soledad y la indiferencia del silencio invernal que le rodea, otras, en el verano, incluso a horas más tempranas, cuando aun los perros pueden correr por la playa, hasta adentrarse en horas más festivas es cuando el bullicio y alguna que otra mirada entre incrédula y burlona hace más dificultosa su labor. Con delicadeza, sin molestar y siempre, siempre con una tranquila sonrisa en sus labios camina con su bolsa negra sorteando niños que hacen castillos de arena, madres indiferentes con los senos desnudos al ardiente sol y padres que caminan de una lado al otro del arenal ajenos a su acostumbrada presencia. Y es que no le gusta lo que ve. Le enoja ver papeles grasientos de comida esparcidos por la arena , le entristece contemplar contenedores rebosantes de basura alrededor porque ya no pueden con tanta suciedad. Quiere una playa limpia, pero sobre todo ama a la gente que la quiere y la respeta como merece.Piensa que el camino del convencimiento, de la educación y del espíritu solidario nos puede hacer compartir sin limitaciones individualistas lo que la naturaleza nos ha dado a todos por igual. Siente el placer puro de vivir la playa, el bosque, haciéndose la ilusión de ser hija de la naturaleza. Ignoro cuando, como, por que o en que momento y en que dia surge ese sentimiento de amor sin retorno. Supongo que si le pregunto me dirá que una mañana al despertar dijo NO pues de este modo es como deberían comenzar todas las revoluciones. La dejo alejarse y me encamino despacio hacia mi casa pensando que Merche no ha querido esperar a la revolución, Si alguien le preguntase que haría el dia en que el mundo se diese cuenta de que el planeta languidece seguro que le respondería que lo mismo que estaba haciendo en este momento. mas tal vez entonces ya no tendría remedio. La pierdo de vista entre las rocas de la playa de La Isla, continúa limpiando, recogiendo plásticos , colillas…. En su bolsa negra.Tañendo la dulzaina, confundiendo su dulce sonido con el rumor de las olas , en la confianza de que alguien escuchará y sabrá interpretar sus notas.

LA VIDA PASA


Cuando hay tiempo para todo, todo tiene su tiempo. Lo verdaderamente importante es conciliar los años (tu tiempo) con la vida. Asi lo aceptaron los monjes que aplicaron la regla de San Benito (ora et labora) y dividieron el dia en tres partes iguales dedicadas al trabajo, al ocio y al descanso. No es que yo siga al pie de la letra esta regla pues ni soy creyente ni mucho menos monje pero no dejo de reconocer que adapto mi tiempo aceptando la división de este por los benedictinos con algunas matizaciones debido a la edad y algunas variaciones en cuanto a la duración de cada tercio con lo cual estos se convierten en meros porcentajes. Por ejemplo, el tercio del descanso ya no es la tercera parte del dia ya que con los años se necesitan menos horas de sueño. Solo hace falta que las distintas fases o estadios no se vean interrumpidos por pesadillas y en eso tengo suerte porque casi siempre sueño tan hermoso que mi mayor pesadilla se produce cuando despierto y la ensoñación se desvanece. Sucede entonces que tendría que trasvasar el sobrante al tercio del ocio o del trabajo. Otro día os diré como administro este otro “tercio

EL FASTUOSO RUIDO ENSORDECEDOR DE LA MUERTE

  Conocí a Radi en la embajada de Jordania en Madrid. Era un beduino alto y fornido que inspiraba confianza con su rostro siempre sonriente ...