martes, 30 de enero de 2018
esqui en Covadonga
¿Que puedo contar ya? ¿cómo describir con palabras las sensacion de volver a fijar los esquís en mis botas y deslizarme por la suave pendiente tamizada de una capa de nieve- polvo hasta la misma ribera de la Ercina? Apenas me molesta la herida de la última operación y respondo moderadamente bien al esfuerzo que requiere la exigente ladera que alcanza la loma desde donde se divisa la majada Balbín. No es cosa de llegar hasta allí. Entre ida y vuelta me llevaría casi dos horas y no traigo comida ni para mi ni para Thor así que regreso al punto de partida. Dos horas de ejercicio al aire libre y lo que es igual o más importante, disfrutar de una mañana en un marco incomparable. Es el paraíso a la vuelta de la esquina. O no?
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