lunes, 16 de diciembre de 2013

REFLEXION DE FINAL DE AÑO

Con cierta frecuencia, escucho , veo, leo libros, declaraciones o entrevistas de personas de ideologías contrarias o de opiniones que a priori las sitúo enfrentadas a mi manera de pensar. Considero que es una práctica indispensable para, por supuesto,  en primer lugar aprender del oponente y principalmente, en segundo lugar,  para no ofuscar mi capacidad de crítica y sobre todo de autocrítica. En este sentido me tragué toda la entrevista que un periódico de tirada nacional le hizo esta semana a Mariano Rajoy. Como es lógico el presidente se despachó a gusto comentando los logros conseguido con la rebaja del déficit público, la caída de la prima de riesgo a niveles de hace dos años y la recuperación de la confianza de los mercados gracias a sus medidas en reforma fiscal y  laboral de contención de costes salariales. He de reconocerle sus éxitos dentro de la política que su gobierno lleva a cabo enmarcada en el más puro neoliberalismo, no se lo niego.  Mas ni que decir tiene que en pocas cosas por no decir en nada estoy de acuerdo con Don Mariano. Hay empero una cuestión que me llamó poderosamente la atención por encima del resto de la entrevista. Preguntado en varias ocasiones por la desigualdad que provocan sus políticas neoliberales, en otras tantas evitó dar una respuesta. Pero al final ya no se pudo evadir y contesto algo así como que se trataba de dar a todos los españoles igualdad de oportunidades. Así de simple . Tremenda falacia, sr Rajoy, la igualdad de oportunidades se da cuando todos parten de la misma línea de salida y disponen de los mismos medios para llegar a la meta.¿Acaso los españoles tenemos el mismo punto de partida? Pues no, señor presidente. Unos nacen en lel  Barrio de Salamanca, en urbanizaciones de lujo limpias y seguras ,  otros en la Vaguada, en Vallecas, en barriadas de edificaciones de protección oficial. Unos van a colegios públicos depauperados por sus políticas educacionales, otros asisten a colegio privados o concertados donde los mejores medios y el  mejor ambiente es de la élite social. Unos se relacionan en un mundo de amistades importantes, otros deambulan por las barriada pillando lo que sea. No, no señor no, no `parten todos de la misma línea de salida ni disponen todos de las mismas zapatillas deportivas de marca para correr. Y aun en el caso de que fuese como Vd dice, que se diese la utópica igualdad de oportunidad la carrera no sería de suma cero. Unos llegarán primero y seran los ganadores y otros llegaran más atrás y serán los perdedores.Y tal como están las cosas, en aras de resultar vencedor el más feroz individualismo primaría sobre otros principios más nobles como so la cooperación, la solidaridad. No señor, no no estoy de acuerdo. Vd., señor Presidente, seguro que pensará que al fin y al cabo la solución mejor estaría si pudiésemos elegir a nuestros  padres. 

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